Es el término español más extendido para nombrar a los turistas y hacía referencia a los partidarios de la Reina María Cristina

El verano va tocando su fin y seguro que, como cada año, la palabra «guiri» ha estado presente, en las conversaciones a orillas de la playa, a lo largo del paseo marítimo o incluso en las tardes de terraceo. En un principio, solíamos identificar como «guiris» a los turistas procedentes del norte de Europa, pero hoy en día parece que el término se ha ampliado para abarcar a cualquier visitante que llega a nuestras costas y ciudades. Esto es, al menos, según la definición de la Real Academia Española, que lo cataloga como «turista extranjero» sin hacer distinciones.

Y es que no hace falta mucho esfuerzo para reconocerlos, suelen estar rojos como un tomate por haber pasado demasiado tiempo bajo un sol al que no está acostumbrados y llevan los clásicos calcetines con sandalias y puede que un sombrero o una gorra; alguno hasta se pasea con una riñonera que jamás llevaría en su país de origen. El típico guiri, vaya. Pero, ¿qué ha llevado a los turistas a tener este sobrenombre? ¿Cuál es su verdadero origen? Diversos historiadores apuntan hacia raíces vascas, durante los tiempos de las guerras carlistas, hace ya más de un siglo.

¿De dónde viene la palabra «guiri»?

La misma RAE nos aporta luz en este aspecto, indica que tiene su origen en la palabra euskera “guiristino”, que significa “cristino”. Este era el nombre con el que los carlistas llamaban a los partidarios de la reina regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, a los liberales y a los soldados del Gobierno durante las Guerras Carlistas den el siglo XIX. Los ultraconservadores carlistas consideraban a los cristinos como extranjeros y es de ahí de donde procede la asociación que conocemos hoy en día de “guiri” como forastero o extranjero.

Se cree que el término fue recuperado en la España de los años 60, con la forma abreviada «guiri», cuando la mentalidad liberal de los extranjeros que visitaban el país en los primeros años de nuestra recuperación económica, chocaba con la ideología tradicional del Franquismo.

A partir de este punto, la historia toma forma; la palabra «guiri» se volvió tan popular que conquistó todo el territorio español, dejando su huella como otro ejemplo de la influencia constante del euskera en nuestra cotidianidad.

En publicaciones anteriores también, exploramos cómo empleamos alrededor de 400 términos que aparentemente conforman el español más genuino, pero que en realidad tienen raíces vascas.

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