La próxima primavera, volverán a colocarse la chapa en la solapa miles de ahobizis y belarriprest

La próxima primavera, miles de ahobizis y belarriprest de todo Euskal Herria volverán a colocarse la chapa en la solapa, ya que, según se anunció el pasado 24 de octubre, ya están en marcha los preparativos para organizar una nueva edición de Euskaraldia. Bajo el lema «Elkar mugituz egingo dugu», el cuarto Euskaraldia se celebrará del 15 al 25 de mayo de 2025.

Para esta ocasión, sin embargo, se ha propuesto modificar la manera de entender, percibir y experimentar el Euskaraldia, llamando a «reiniciar y relanzar» la propia iniciativa, para que deje de ser un ejercicio social de duración limitada y pase a convertirse en «una dinámica en toda la zona euskaldun, de forma conjunta».

Extender la iniciativa

La intención es que sea un Euskaraldia que se extienda tanto en el tiempo como en la sociedad. “Si hasta ahora se había descrito como una práctica social orientada a cambiar los hábitos lingüísticos, en adelante se presentará como un movimiento para activar el uso del euskera”. Así lo han explicado los responsables del proyecto su presentación realizada Escuela Navarra de Teatro, en Pamplona.

Junto a la coordinadora de Euskaraldia, Goiatz Urkijo, participaron representantes de las instituciones que conforman la Mesa de Coordinación de la iniciativa, entre ellas la presidenta de Euskaltzaleen Topagunea, Irati Iciar; la vicepresidenta del Gobierno de Navarra y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo; la primera vicelehendakari y consejera de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, Ibone Bengoetxea; y la presidenta del Organismo Público del Euskera, Maider Behoteguy.

Vivir en euskera

Tal y como manifestaron conjuntamente “el objetivo es impulsar un movimiento que potencie el uso del euskera, movilizar a la ciudadanía euskaldun y euskaltzale para activar la lengua vasca en la vida cotidiana.

Este movimiento colectivo inspira también el lema del próximo Euskaraldia, «Elkar mugituz egingo dugu», ya que, según explicó Urkijo, «al hablar en euskera, uno impulsa al otro, y el otro al uno, transformando las inercias lingüísticas». Al decir la primera palabra en euskera o usar el euskera siempre que sea posible, impulsamos tanto a nuestros interlocutores como a la sociedad en su conjunto. “Si este ejercicio lo realizan simultáneamente miles de personas, se logra un efecto multiplicador que genera una profundidad emocional compartida”, concluyó.